domingo, 1 de junio de 2014

Una entre un millón.

Una vez leí que con 50 años habremos conocido a lo largo de nuestra vida a unas 20.000 personas. Haciendo una regla de tres, obtuve que un joven de 17 años habría conocido aproximadamente a 6.800 personas. Pongamos que la mitad de esas personas, es decir 3.400, son hombres y la otra mitad mujeres. Y supongamos que de esos 3.400, solo 1/3 están dentro del margen de edad en el que se incluyen todas las personas con las que podríamos tener una relación. Es decir, descartamos 2/3, donde se encontrarían aquellas personas de las que nunca podríamos enamorarnos: familiares cercanos, ancianos, niños pequeños.. Nos queda el siguiente número: 1.133'333.. Pero redondeando pongamos unas 1.000. De todas esas personas, nos enamoraremos de una sola. Estamos hablando de una milésima parte, 0'001. Y, a su vez, esa persona se enamorará de una sola entre 1000. De esta manera, la probabilidad de que la persona de la que uno se enamora sea precisamente la persona que se enamora de uno, es según las matemáticas (1/1000) · (1/1000), una posibilidad entre un millón, 1/1.000.000. Así que, si se diera esa improbable situación de poder estar con la persona que quieres, si el destino ignorase las 999.999 opciones y convirtiera esa única probabilidad que había entre un millón, en un hecho, en una realidad, ¿qué sentido tendría no aprovecharla, que más da lo que venga luego, que importa lo complicadas que sean las circunstancias? Si lo más difícil, lo que tenía una sola posibilidad entre un millón de ocurrir, ya ha ocurrido.

domingo, 15 de septiembre de 2013

Mi paraíso.

¿Has oído hablar del paraíso? Sí, ese sitio que se supone está hecho a nuestra medida, ese lugar en el que nos sentimos más felices que en ningún otro, donde solo puedes relajarte y sentirte tranquilo y seguro.
Pues yo he llegado a la conclusión de que a veces el paraíso no está en un sitio sino en alguien; que no es un lugar sino una persona. Y en mi caso, yo he encontrado en ti mi paraíso.
He encontrado en ti a alguien hecho a mi medida, al que quiero como si me fuera la vida en ello. He encontrado en ti una razón por la que sonreír cada día, porque mi felicidad eres tú. He encontrado en ti a ese que es capaz de tranquilizarme y hacerme sentir segura, a alguien que con un abrazo aleja todos mis miedos y disipa todas mis dudas. Y bueno, ahora que te he encontrado, ¿no sería de idiotas dejarte machar? Sí, sé que puedo ser muy tonta, pero tengo mis límites y eso es algo que no haría ni aunque estuviera como una puta cabra.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Déjame dormir contigo.

Esta noche solo puedo pensar en lo mucho que me gustaría estar allí y no aquí. Allí, sí, a tu lado; o mejor dicho, entre tus brazos. Dormir sintiendo como me abrazas tiene que ser de lo mejor.
No sabes lo mucho que envidio a tu almohada, ella recibe cada noche uno de esos abrazos que tanto me gustan, ella duerme cada noche en el que es mi lugar favorito en el mundo,  entre tus brazos.
No te haces una idea de como envidio a tu cama, ella duerme contigo cada noche y yo sueño con poder hacerlo algun día.
O lo mucho que envidio a esa suave brisa que se cuela de noche por tu ventana y aprovecha que estás dormido para acariciarte cuanto le apetece. Estoy segura de que la muy hija de puta ya conoce a la perfección cada centímetro de tu cuerpo y le encanta eso de venir a restregarme cada noche que ella puede robarte todo el calor que quiera mientras yo aquí me dedico a echar de menos un abrazo tuyo que me haga dejar de tiritar.
Y joder, ni te imaginas lo mucho que envidio a las paredes de tu habitación, ellas disfrutan cada noche la maravilla que supone el poder contemplarte mientras duermes.